lunes, 14 de diciembre de 2015

Poeta huilense Winston Morales Chavarro a Polonia





El destacado escritor huilense, hoy docente de la Universidad de Cartagena, acaba de recibir invitaciones oficiales de las Universidades de Poznan y Szczecin, Polonia. En entrevista con www.noticiasalsur.co, recuerda que en octubre pasado estuvo dando unas charlas y lecturas en las Universidades de Varsovia (CESLA-Centro de Estudios latinoamericanos de la Universidad de Varsovia); en la Universidad Adam Mickiewicz, de Poznan; en la Biblioteca Pública de Zielona Gora, en Zielona Gora; en la Universidad de Cracovia, y en la librería Élite, de Cracovia. Ahora la oportunidad es en la Universidad de Szczecin, ciudad polaca en la frontera con Alemania, y nuevamente en la Universidad Adam Mickiewicz, de la ciudad de Poznan. “Es muy probable que a partir de julio de 2016 me traslade a Polonia como profesor invitado de la Universidad de Szczecin”, afirma Winston Morales.


Heber Zabaleta Parra
Redacción Noticias al Sur
“Otro mes en Polonia, con la posibilidad de conocer la ciudad de Szczecin, es un verdadero privilegio para este poeta huilense, quien siempre ha guardado un gran respeto y una gran admiración por poetas como Wisława Szymborska (premio Nobel de Literatura 1996), Witold Gombrowicz (candidato en vida al Premio Nobel), Czesław Miłosz (Premio Nobel de Literatura en 1980), oBruno Schulz”. Así lo afirma Winston Morales Chavarro, hoy por hoy, el más importante representante de la literatura huilense con una proyección internacional de gran prestigio y reconocimiento, como se consolida con esta invitación.

¿Cómo ha logrado su rica y premiada producción literaria ser conocida y admirada en Europa para ser invitado a las más importantes universidades de ese continente?
Tuve la fortuna de conocer, gracias al Premio Internacional de Poesía David Mejía Velilla, el cual gané el año anterior en la Universidad de la Sabana, al decano de la Facultad de Filosofía y Letras el profesor e investigador polaco Bogdan Piotrowski. El profesor Piotrowski me puso en contacto con importantes figuras de la academia y las letras polacas y de allí mi vínculo con este misterioso país. Tuve la suerte de conocer a la traductora de la obra de Czesław Miłosz la profesora de la UAM la doctora Barbara Stawicka-Pirecka. La profesora Barbara, Jefa del Departamento de la Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Poznan, me invitó a dos de sus cursos. Su gusto por Aniquirona ha sido tan grande, que ya está trabajando en una traducción de ese, mi primer libro publicado. Luego tuve lecturas en las Universidades de Cracovia, Varsovia, en la Librería Élite (también en Cracovia) y en la Biblioteca Pública de la ciudad de Zielona Gora. Mi estancia ahora en diciembre de 2015 y enero de 2016 contempla nuevamente la Universidad Adam Mickiewicz, de Poznan, y la UniversidadSzczecin, de la ciudad fronteriza de Szczecin.

¿Qué significa, en su trayectoria profesional, esta estadía de un mes en Polonia?
Ha sido una experiencia reparadora y estimulante. No sólo por lo que significó para mí conocer en octubre pasado la Universidad de Poznan, la cual lleva el nombre del poeta romántico polaco Adam Mickiewicz, sino también por conocer una ciudad como Varsovia, la cual fue totalmente destruida por los alemanes durante la Segunda Guerra mundial. La misma Universidad de Poznan fue cerrada por los nazis en 1939. Es increíble como las ciudades anteriormente mencionadas recuperan su belleza y esplendor en menos de 50 años. Como dato curioso, el primer negocio que se abrió en Varsovia, luego de la guerra, fue una floristería. Esto, sin duda, es un acto poético y un acto de amor. El pueblo polaco es un pueblo que ha sufrido durante toda su historia la ocupación de otros países y fueron seis millones de polacos los asesinados durante la Segunda Guerra Mundial. No obstante, se sabe que Cracovia es la capital de los libros y que los grandes intelectuales polacos huyeron hacia esta ciudad convirtiéndola en un emporio cultural.  Hoy por hoy todas las universidades polacas cuentan con programas de lenguas románicas o hispánicas y esto es un gran mensaje que le transmiten al mundo hispanoamericano.
De modo que otro mes en Polonia, con la posibilidad de conocer la ciudad de Szczecin, es un verdadero privilegio para este poeta huilense, quien siempre ha guardado un gran respeto y una gran admiración por poetas como WisławaSzymborska (premio Nobel de Literatura 1996), WitoldGombrowicz (candidato en vida al Premio Nobel), CzesławMiłosz (Premio Nobel de Literatura en 1980), oBruno Schulz.



¿Es muy probable que a partir de julio de 2016 se traslade a Polonia como profesor invitado de la Universidad de Szczecin?
Siempre, desde que era un niño, he preferido los movimientos telúricos y la naturaleza cambiante del mundo. Por más que lo intento, jamás he podido quedarme por mucho tiempo en algún sitio. Mis únicos territorios fijos han sido la literatura y la pedagogía. Cuando uno ama en extremo, desea comunicar, compartir, de modo que la pedagogía es un apéndice de la literatura, de ese deseo de compartir lo poco que se sabe.  Y el compartir lo que se sabe tiene que ver con nuevas formas de ver el mundo, de nuevas culturas, de otros seres y su manera de ir por la vida. Mi madre y mi padre –cosa que dudo por el miedo que le tiene mi padre a los aviones- debieron pensarme en un avión. Hace más de 46 años que no paro de volar. Y me refiero a vuelos físicos como vuelos imaginarios. Creo que desde entonces el mundo es pequeño para mí, y esa es una virtud que me concede la literatura.
Por este motivo, en octubre de 2015 tuve la fortuna de compartir mi obra y mi mundo literario con estudiantes y profesores de las Universidades polacas Jaguelónica, de Cracovia; Adam Mickiewicz, de Poznan; Universidad de Varsovia (Centro de Estudios Latinoamericanos –CESLA-), y la Biblioteca Pública de la ciudad de Zielona Gora. Fue una experiencia maravillosa, tanto, que regreso ahora en diciembrea compartir experiencias con estudiantes del área de lenguas románicas de la Universidad de Poznan y estudiantes del programa en hispánicas de la Universidad de Szczecin, en la ciudad del mismo nombre.
La Universidad de Szczecin está en la elaboración de un convenio con la Universidad de Cartagena para ser profesor invitado a partir del segundo semestre de 2016.


En este momento, ¿cuál es su visión del trabajo cultural en el país?
Colombia es un país extremadamente rico en creación y en gestión. El colombiano es un ser creativo hasta decir no más. Eso de que somos uno de los países más ignorantes del mundo no se lo cree nadie. Esas estúpidas encuestas de los más felices, de los más inteligentes, de los más sensuales, son verdaderas pérdidas de tiempo. Ahora, se debe reconocer sí que nuestra educación es una de las más malas del mundo y que así como hay colombianos muy buenos, hay una gran cantidad de conformes, de mediocres y de básicos: prueba de ello, los idiotas que llegan cada cuatro años al poder y que son elegidos, curiosamente, por los más inteligentes.
En Colombia hay muy buena literatura. En Colombia hay grandes pintores. Lo que pasa es que parece que hay escasez de toda índole porque los medios de información (que distan mucho de ser de comunicación) invisibilizan todo aquello que no genera pauta y mercado. Los medios verticales (llámense canales privados), tienen intereses y dentro de esos intereses no están la exposición fotográfica, el lanzamiento del libro (salvo que el seudopoeta sea un senador), la publicación de una nueva obra, la composición de una ópera. Ahora prevalece el terror y el miedo, el marketing del holocausto y la muerte. Todo, desde que te levantas, es sangre, asesinato, borrachos, bombas y narcotráfico. Con esta visión monotemática de la realidad, ¿qué le depara al país, qué les depara a nuestros niños?


Usted ha creado un lenguaje propio, un universo único, un estilo particular, ¿qué está tejiendo bajo las perspectivas de un postconflicto en Colombia?
A mí nunca me han gustado los caballitos de batalla y eso de literatura para el postconflicto me parece un discurso oportunista. La gran literatura escapa a esos rótulos de la prensa y de las grandes editoriales. La gran literatura de todos los tiempos ha estado comprometida con un estado moderno, con la utopía perseguida por la mayoría de edad del hombre y de un estado no fallido. Mi poética, desde La dulce Aniquirona (mi primer libro publicado) hasta ¿A dónde van los días transcurridos? (de próxima aparición) es una literatura que no le canta a la guerra. Y no digo con esto que le cante a la paz, que no sé yo qué es eso, sino que le escribo a las verdades del hombre, a sus sueños, a sus búsquedas, a sus utopías, a su fragilidad. Y cuando hablo del hombre, me refiero no sólo a los hombres y a las mujeres de la contemporaneidad, sino también a los hombres y a las mujeres del futuro, que la poesía debe ser atemporal, supraespacial, que trascienda consideraciones humanas. Y creo que ese ha sido mi deber siempre. Ahora, si hay un acuerdo de paz –que espero que lo haya- eso no determinará para nada mi manera de escribir y mis propuestas literarias. Afortunadamente soy un poeta anónimo y el anonimato me da la libertad de no recibir presiones editoriales.

A lo largo de su trayectoria, ha trabajado entre la poesía y la novela, ¿en cuál se siente mejor en la actualidad?
Yo no marcaría una línea divisoria entre ellas. Las grandes y las mejores novelas son grandes elucubraciones poéticas. Si tú lees Lejos de Roma, de nuestro reciente premio Rómulo Gallegos Pablo Montoya, te darás cuenta que es un poema de largo aliento, que casi puede llamarse novela, o que muchos llaman novela, pero que tiene la intensidad, el lenguaje, los ritmos internos de un gran poema. Lo mismo puedo decir de La muerte de Virgilio, del escritor austriacoHermann Broch. En esas últimas 18 horas de vida del gran poeta Virgilio, Broch hace una defensa del lenguaje poético para mantener el misterio y la grandeza del gran pensador y poeta romano. Es un poema bello, de profundas reflexiones metafísicas.
Con respecto a mi única novela publicada, soy consciente de que el lenguaje poético es menor y que en ella subyace una narrativa que quiere contar muchas cosas.Dicha narrativa me dio libertades que nunca me ofreció la poesía. Pero esta es una elección muy personal del escritory en mi caso particular quise alejarme lo más distante posible de la poética muy personal de Aniquirona y de Schuaima.Yo debía marcar una diferencia y creo que lo logré. Ahora tengo dos novelas inéditas, que espero algún día conozcan su propia luz, y una de ellas es mucho menos poética que Dios puso una sonrisa sobre su rostro.


De su traslado de residencia de Neiva a Cartagena, ¿cómo ha influido en su producción literaria?
La confrontación con una cultura tan diferente a la andina, sin lugar a dudas se va configurando en el alma escritural del poeta y en su razonamiento o forma de relacionarse con sus cosmogonías. El caribe colombiano posee la virtud de la diversidad, de la pluralidad, de la diferencia. No sólo desde los aspectos meramente humanos (color de piel, imaginarios, modos de vida) sino también desde la naturaleza y el paisaje simbólico de la ciudad. El caribe es exuberante, pródigo en colores, sabores, olores. Su abundancia se ve reflejada no sólo en la inmensidad del océano (o del cielo), sino en la sonrisa de la gente, en los brazos abiertos a la fiesta, al espíritu carnavalesco. En Cartagena siempre es carnaval. A través de los olores de su gastronomía, de la música vibrante que nunca se detiene, del fragor de los cuerpos que danzan incluso al caminar, se vive el carnaval de forma permanente. Esto tiene sus más y sus menos. Pero es mejor acomodarse a los menos, porque el exceso gana por mayoría. Esa es la lógica del caribe: la riqueza heterogénea de sus gentes, la hibridación de sus hábitos, costumbres y tradiciones. Y eso, sin duda, se ve reflejado en lo que escribes y en cómo lo escribes. Sin embargo, digamos que hay una zona del poeta que siempre permanece intacta y es la zona que tiene que ver con sus silencios, sus tribulaciones, sus ensimismamientos. Y esa zona también es definitiva –de manera incluso superior- a todas las zonas y cartografías o geografías que pueda vivir o habitar el escritor.





domingo, 4 de octubre de 2015

En Neiva, Segundo Festival de coros “A viva voz…un canto por la paz”



Con la participación de nueve agrupaciones corales se llevará a cabo en Neiva el Segundo Festival Departamental de coros “A viva voz…un canto por la paz” evento organizado por la Fundación Social para el desarrollo artístico y cultural de la región surcolombiana – Fusionartes y apoyado por el Ministerio de Cultura Programa Nacional de Concertación.
Del 8 al 10 de octubre se desarrollará la programación académica y artística prevista para el Festival A viva voz. Para Juan Javier Polanía Farfán, director ejecutivo de Fusionartes, el Festival A viva voz es un evento que busca fortalecer la práctica, el conocimiento y el desarrollo de la música coral en el departamento del Huila, contribuir a la educación integral de niños, niñas y jóvenes de la región, a través de la construcción de proyectos colectivos y la promoción de los vínculos de convivencia basados en el diálogo, el respeto, la diversidad cultural, la valoración de la creación artística y la participación social en condiciones de equidad.
El componente académico estará a cargo de los maestros María Jimena Barreto y Luis Eduardo Vargas, quienes orientaran los talleres de formación en técnica vocal y técnicas de dirección, respectivamente. La actividad se llevará a cabo en las salas “Papi Tovar” y Ricardo Borrero Alvarez” del Bloque Cultural de la Biblioteca departamental del Huila, los días 9 y 10 de octubre en horas de la mañana.
Participantes
Para esta segunda versión estarán presentes los coros infantiles y juveniles Cantus Albus de Bogotá, Coro Mixto de la Escuela de música de Cajicá, Semillas del municipio de la Plata, y por Neiva los coros infantiles y juveniles Armonizando en Mí y Armonía de la Corporación Batuta Huila, Goticas del colegio Goticas del Saber, agrupación Semillitas del colegio Ceinar y los coros Guambilandia y ALIUH de la Fundación Fusionartes. Serán alrededor de 250 coristas quienes en diferentes escenarios de la ciudad de Neiva y Palermo encantarán a sus públicos con sus diversos repertorios.
Concierto de apertura
Para el próximo jueves 8 de octubre, se tiene previsto el concierto de apertura del Festival. El evento contará con la presentación del coro infantil Guambilandia, la Coral ALIUH y el coro nacional invitado para esta versión, Coro Cantus Albus, dirigido por la maestra María Jimena Barreto de la ciudad de Bogotá. El encuentro musical se llevará a cabo a partir de las 6:30 p.m. en el auditorio Hernando Artunduaga de la Universidad Corhuila sede Quirinal.
Conciertos didácticos
Como parte de la programación y del objetivo de formación de públicos, el día viernes 9 de octubre se llevarán a cabo cinco conciertos didácticos en diferentes escenarios de la región. A partir de las 3:30 p.m. de manera simultánea las bibliotecas públicas de Comfamiliar –UIS Norte y Sur, así como las instituciones Educativas Rodrigo Lara Bonilla y María Cristina Arango serán los lugares donde se desarrollará la actividad artística con los coros participantes. El municipio de Palermo recibirá a las agrupaciones ALIUH de Neiva y Coro Mixto de Cajicá Cundinamarca quienes brindarán a sus públicos el mejor repertorio musical.
Concierto A viva voz por la paz
Teniendo en cuenta que eventos como estos buscan generar nuevos espacios para la convivencia ciudadana y cultura para la paz, se llevará a cabo el concierto A viva voz por la paz, donde los coros participantes cantarán en homenaje a las víctimas del conflicto. El concierto se llevará en el Templo Colonial a las 6:30 p.m. el día viernes 9 de octubre.
Gala de voces
Para el día sábado 10 de octubre, en el Hall del bloque cultural José E. Rivera, se llevará a cabo el concierto de clausura del Festival de coros “A viva voz”. Las voces de 250 niños, niñas, jóvenes y adultos de diferentes lugares del país, con el acompañamiento de la orquesta de Cámara de la Corporación Batuta Huila, se unirán en un solo canto para interpretar un variado repertorio de música universal. Durante el concierto se interpretará además de manera colectiva los temas “Afecto” del compositor Luis Enrique “kike” Perdomo y “Maguma” del compositor Juan Javier Polanía Farfán.
“Este festival se hace realidad gracias al apoyo del Ministerio de Cultura, la Secretaria de Cultura departamental, la Alcaldía de Neiva y alianzas con empresas e instituciones de la región como Fundación Utrahuilca, Fomcultura, Conexs Seguro, Coasmedas, la Corporación Batuta Huila, Hotel Casa Pablo, Universidad Corhuila, Comfamiliar Huila, Restaurante Pare y coma, las Instituciones Educativas Misael Pastrana Borrero, Rodrigo Lara Bonilla y María Cristina Arango, y el municipio de Palermo”, expresó Juan Javier Polanía.
La invitación es para que asistan en familia a cada uno de los conciertos programados por el Festival de coros “A viva voz” y vivan la magia de la música coral en las voces de niños, niñas, jóvenes y adultos. La entrada es libre.
Coro Cantus Albus – Directora María Jimena Barreto – Bogotá
Coro Mixto Cajicá – Director Juan José Castañeda – Cajicá (Cundinamarca)
Coro Goticas – Colegio Goticas del Saber – Director Camilo Ernesto Cerón – Neiva
Coro Semillitas del Ceinar – Director Jaime Ricardo Guío – Neiva
Coro ALIUH – Director Juan Javier Polanía – Neiva
Coro Armonía – Director Robinson Castellanos – Corporación Batuta Huila


Expreso Sur, fiestas a este lado del mundo



Señal Colombia estrena Expreso Sur, unacoproducción de los Ministerios de Cultura y los canales públicos de Suramérica, que reúne las celebraciones más importantes de esta región. La serie demuestra, que en medio de las diversas y particulares formas de vivir de cada uno, los países suramericanos tienen un pasado y un presente con muchas similitudes.
La nueva serie que se emitirá por Señal Colombia y en otros canales públicos de Suramérica como Encuentro de Argentina; TV Brasil, Bolivia TV, EcuadorTV y Televisión Nacional de Uruguay,empieza este lunes 5 de octubre y refleja las festividades más importantes de América del Sur, mostrando las riquezas populares, artísticas y patrimoniales de los países de esta parte del continente:Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Colombia.
Expreso Sur es una fiesta de culturas, una ventana a las manifestaciones festivas del patrimonio cultural inmaterial de Suramérica, que acerca al televidente a celebraciones que aunque tienen sus raíces en el pasado son reinterpretadas y enriquecidas por la sociedad actual, manteniendo viva la memoria de los países de la región.
La serie comienza en Colombia con el Torneo Internacional del Joropo, que se lleva a cabo en Villavicencio y tiene baile y música. En el Joropódromo se realiza el gran desfile de bailarines, que siempre tiene más de 200 parejas ratificando el sentir de esta tierra. El segundo capítulo es el de las fiestas patronales de la Virgen del Carmen, una actividad que une a los habitantes de la población de Nuquí, en Chocó y cuyos barrios se esmeran para hacer la mejor ofrenda y tener el mejor caché (vestido) y hacer el mejor bunde (desfile) para agradecer a su santa.
El miércoles el Expreso llega a Argentina, con una tradición que se lleva a cabo en el solsticio de invierno del hemisferio sur. Se trata de la noche más larga del mundo, tiene lugar en Ushuaia y le da la bienvenida al invierno austral con esculturas en la nieve, juegos de invierno y una marcha de antorchas. Su fin es que quienes vivan esta estación reconozcan el beneficio de los meses de más frío.
El capítulo del jueves está dedicado a los habitantes de Oruro en Bolivia, quienes cada año recuerdan a sus antepasados en el Carnaval de Oruro que hace parte del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La diablada es la tradición folclórica más importante y el desfile inaugural dura unas 20 horas. Es el carnaval andino más importante del continente y se realiza antes del Miércoles de Ceniza.
Y la semana cierra el viernes con las Caballadas de Pirenópolis en Brasil, una de las celebraciones más expresivas del vecino país, que tiene rituales, enmascarados y cabalgatas. En estas últimas se hace el simulacro de las batallas medievales entre moros y cristianos en honor al espíritu santo y al emperador. Y a través de distintas actividades se ratifican las tradiciones de sus habitantes.
Semana del 13 al 16 de octubre
En su segunda semana los capítulos retoman el día martes 13 después del festivo con la Fiesta de la Chonta, cuyo nacimiento, crecimiento y cosecha es la razón de ser de la celebración que se da en Morona Santiago (Ecuador), pues sus habitantes celebran este alimento que la naturaleza les ofrece en una gran convocatoria.
El miércoles 14, los uruguayos tienen espacio con Las Llamadas (en Montevideo), que empieza con una reunión de músicos en torno a las fogatas. Estos no solo conversan sino que templan sus tambores y cuando empieza el desfile, este es encabezado por los mejores tamboreros de la comunidad.
Expreso Sur continúa su recorrido luego por Argentina y llega a la celebración de la Virgen de Punta Corral, una devoción de casi dos siglos que se lleva a cabo en Jujuy, al norte de ese país, y en el que los seguidores de la santa la cargan desde las primeras horas del día hasta el atardecer.
El viernes 17 todo sobre la Fiesta del Pujillay, que se realiza en Tarabuco (Bolivia), un rito de fertilidad y de alabanza a la madre tierra. En un altar, llamado pucara, se ponen productos agrícolas y alimentos para homenajear a los muertos y pedir abundancia en la siembra.
Semana del 19 al 23 de octubre
La semana arranca el lunes por Brasil, con su Semana Santa de Ouro Preto, una tradición que lleva a los feligreses a recorrer varias iglesias mientras caminan por alfombras hechas de aserrín y flores.
El martes La Fiesta del Danzante, la actividad más importante de Pujilí (Ecuador) y relacionada con la celebración del Corpus Christi, que se mezcla con las danzas aborígenes y los actos religiosos. El danzante es el personaje principal y los bailes y comparsas se realizan durante la semana, en lo que se conoce como la Octava del Corpus Christi.
El miércoles 21 el recorrido por Sur América llega a Tacuarembó (Uruguay) donde se realiza la Patria Gaucha, que resalta la figura del gaucho y sus talentos, como la jineteada, la doma y el lazo desde el caballo. Igualmente, incluye un desfile y un concurso de gastronomía.
No muy lejos de allí se llega al Paseo Gaucho, uno de los más importantes legados campesinos de Argentina, en el que el pampero y las destrezas de sus caballos son los protagonistas. Y una vez al año, en Bahía Blanca, se realiza un desfile para perpetuar esta tradición.
El cierre de la semana está a cargo de Colombia con la Feria de las Flores, de Medellín, un homenaje que se hace cada agosto a los campesinos de la vereda de Santa Elena y a sus bellas silletas, pues la actividad más importante de la feria es el desfile de silleteros, Patrimonio Cultural de la Nación.
Semana del 26 al 30 de octubre
La última semana arranca con IchapekenePiesta, la fiesta mayor en San Ignacio de Moxos (Bolivia) es un encuentro anual que reúne las tradiciones indígenas y religiosas. La festividad comienza en
mayo, con pólvora, cantos y alabanzas. En junio hay misas diurnas y nocturnas, y un acto de fe que permite a los moxeños seguir haciendo parte del cristianismo sin olvidar a sus dioses ancestrales.
El martes 27 una de las manifestaciones del gigante de Suramérica con la Fiesta Junina, en Campina Grande, un homenaje a San Juan, San Pedro y San Antonio. Hay muestras de la deliciosa gastronomía brasileña, así como música tradicional, pólvora y bailes típicos, todo alrededor de fogatas. Y aunque en muchas regiones de Brasil hay fiestas Junina, la de Campina Grande es la más importante.
Las celebraciones a San Pedro y San Pablo en Manabí (Ecuador) se toman el capítulo del miércoles 28 e incluye la instalación de gobiernos ‘ficticios’ para tener encuentros de paz o de guerra, pero todo termina en fiesta cuando las bandas musicales recorren la población y acaba con la procesión en homenaje a los dos santos.
El jueves 29 Expreso Sur llega a Florida (Uruguay) donde se hace la Fiesta de San Cono, una conmemoración religiosa y popular que incluye un novenario a este santo, que es invocado por los aficionados a los juegos de azar. En honor a Colombia, el viernes 30 se repetirá el capítulo de la Feria de las Flores de Medellín.
Con todos estos interesantes contenidos sin duda es hora de tomar el Expreso del Sur e irse de viaje por Sur América y conocer lo mejor de sus fiestas.

miércoles, 1 de julio de 2015

De Pitalito, la mejor biblioteca del Huila


Premio Nacional de Bibliotecas Públicas preseleccionó las mejores 22 bibliotecas del país, entre ellas la Biblioteca Pública  Municipal Monseñor Esteban Rojas de Pitalito (Huila). Un total de 22 bibliotecas públicas, ubicadas en 16 departamentos del país, aspiran a la segunda edición del Premio Nacional de Bibliotecas Públicas “Daniel Samper Ortega”, organizado por el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia, en reconocimiento a la calidad en la gestión bibliotecaria.

Un total de 22 bibliotecas públicas, ubicadas en los departamentos de Antioquia, Atlántico, Boyacá, Caldas, Caquetá, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Cundinamarca,  Huila, Nariño, Norte de Santander, Risaralda, Santander, Valle del Cauca y Bogotá, fueron preseleccionadas por sus experiencias exitosas y modelos de gestión bibliotecaria para aspirar al Premio Nacional de Bibliotecas Públicas “Daniel Samper Ortega”.
El galardón, creado por el Ministerio de Cultura, la Biblioteca Nacional de Colombia y la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, busca destacar la importancia de las bibliotecas en la vida de las comunidades, incentivar la implementación de estándares de calidad, promover la gestión bibliotecaria a nivel nacional y reconocer el papel que cumplen las bibliotecas como escenarios para el desarrollo de los municipios y el fomento de la lectura en las diferentes regiones del país.
En esta segunda edición del Premio, creado en homenaje a la figura del intelectual y gestor cultural Daniel Samper Ortega, Director de la Biblioteca Nacional de Colombia entre 1931 y 1938,  se postularon un total de 171 bibliotecas públicas, de 27 departamentos del país, destacándose de manera especial la participación de San Andrés y Providencia, Sucre, Magdalena, Guainía y Vaupés, regiones que hicieron presencia por primera vez en el Premio.
Así mismo, es relevante la participación de bibliotecas públicas de comunidades indígenas, afrocolombianas, bibliotecas barriales y bibliotecas rurales que desarrollan procesos significativos desde lo local y son muestra de la consolidación de redes de bibliotecas municipales y de ciudades capitales.

Las 22 preseleccionadas
Un comité especializado de la Biblioteca Nacional de Colombia evaluó las 155 bibliotecas validadas en el proceso de verificación de estándares de calidad y preseleccionó 22 bibliotecas públicas, las cuales esperan ser escogidas como finalistas del Premio en cada una de sus categorías: bibliotecas grandes, medianas o pequeñas; categorías que se determinaron mediante la ponderación de tres variables: número de volúmenes con que cuenta cada biblioteca, área construida y puestos de lectura.
En esta preselección se tuvieron en cuenta aspectos como la representatividad del postulante, la prestación de servicios en términos de calidad, la gestión bibliotecaria y el impacto de los programas que las bibliotecas ofrecen.
Las postulaciones debían ser realizadas por las administraciones locales,  los alcaldes, los secretarios de educación y/o cultura, los concejos municipales y las asambleas departamentales, los grupos organizados de la comunidad, las instituciones públicas o privadas, los grupos de amigos o usuarios de las bibliotecas, los clubes de lectura o las entidades educativas, culturales y sociales que se ven beneficiadas con los servicios de las bibliotecas.

Las 22 bibliotecas públicas preseleccionadas son:
Bibliotecas Pequeñas
Biblioteca Pública Jorge Alberto Restrepo Trillos.  Guatapé (Antioquia)
Biblioteca Pública Municipal de El Cocuy. El Cocuy (Boyacá)
Biblioteca Pública Municipal de Toca. Toca (Boyacá)
Biblioteca Pública  Satélite El Nevado. Manizales (Caldas)
Biblioteca Pública  Misak Misak Ala Kusrei Ya. Silvia (Cauca)
Biblioteca Pública   Kankuaka. Valledupar (Cesar)
Biblioteca Pública  Municipal de Istmina Abraham Ayala. Istmina (Chocó)
Biblioteca Pública  San Gabriel. Sopó (Cundinamarca)
Biblioteca Pública  Municipal Monseñor Esteban Rojas. Pitalito (Huila)
Biblioteca Pública  Municipal Cocuyos. Samaniego (Nariño)
Biblioteca Pública  Eduardo Cote Lamus. Toledo (Norte de Santander)
Centro Cultural y Biblioteca Pública León de Greiff. Marsella (Risaralda)


Bibliotecas Medianas
Biblioteca Pública  “Arturo y Roberto Restrepo” Anserma (Caldas)
Biblioteca Pública  Municipal Clara Inés Campos Perdomo. San Vicente del Caguán (Caquetá)
Biblioteca Pública  Municipal de Cereté Rafael Milanés García. Cereté (Córdoba)
Biblioteca Pública  Centro Bicentenario Antonia Santos. Socorro (Santander)
Biblioteca Pública  Municipal Central Didáctica El Vallado. Cali (Valle del Cauca)

Bibliotecas Grandes
Parque Biblioteca Doce de Octubre. Medellín (Antioquia)
Biblioteca Piloto del Caribe. Barranquilla  (Atlántico)
Centro Cultural Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo. Bogotá D.C.
Corporación Biblioteca Rafael Carrillo Luquez. Valledupar (Cesar)
Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero. Cali (Valle del Cauca)

Próximamente
Una terna de jurados designada por el Ministerio de Cultura seleccionará entre las 22 bibliotecas, tres bibliotecas finalistas por cada categoría. Posteriormente, se escogerá una biblioteca por cada categoría y, entre ellas se elegirá una única biblioteca ganadora de la segunda edición del Premio Nacional de Bibliotecas Públicas “Daniel Samper Ortega”.
La biblioteca ganadora recibirá un estímulo económico de $50.000.000, que deberá ser destinado al fortalecimiento institucional de la misma biblioteca y una pasantía internacional en una red de bibliotecas del extranjero.

El Ministerio de Cultura premiará, además, a dos bibliotecas finalistas con un reconocimiento de $15.000.000, los cuales deben ser destinados  exclusivamente a su fortalecimiento. Asimismo, cada una de estas bibliotecas se hará acreedora de una pasantía en alguna red de bibliotecas en el extranjero.

El Ministerio de Cultura felicita a todas las bibliotecas participantes en esta segunda versión del Premio Nacional de Bibliotecas Públicas “Daniel Samper Ortega” 2015, agradece a las comunidades que mediante su postulación hicieron visible la destacada gestión de las bibliotecas públicas y mantiene su compromiso en el fortalecimiento de las bibliotecas públicas del país.

viernes, 15 de mayo de 2015

El indómito Winston Morales Chavarro



Con motivo del próximo lanzamiento del libro “La Bella Despierta y otros textos’ del poeta, escritor, docente universitario y comunicador social huilense Winston Morales Chávarro, en http://noticiasalsur.co/ compartimos el prólogo escrito por el periodista opita Edgar Artunduaga Sánchez.


Edgar Artunduaga Sánchez
Era casi un niño. Winston se ganó un concurso que hicimos en Huila Stereo para ocupar la vacante de locutor de la noche, el turno más duro de la radio, de 10 PM a 6 de la mañana. Alguna vez le llamé la atención porque en el programa desapareció la música. Convirtió el espacio en una tribuna social que contra todos los pronósticos disparó la audiencia.
El sábado aquel que contrajo su primer matrimonio, paralizó a Neiva por cuenta de un desfile interminable de taxis, que pitaron hasta que todo el Huila supo el motivo.
Estuvo unos meses en la emisora, porque su afán de comerse el mundo lo llevó a escribir en los periódicos locales, a hacer periodismo en distintos medios, a acometer poesía, a trabajar en la Universidad Surcolombiana, a tener dos hijos, a convertirse en poeta, profesor y escritor laureado, traducido y aplaudido en el país y en el mundo, a viajar sin parar.
Tal vez donde menos lo exaltan es en su tierra (como suele suceder), al punto que nos llegan noticias de sus éxitos, que celebran especialmente en la Universidad de Cartagena, donde ejerce como profesor de tiempo completo.
Mientras el gran periodista Juan Gossaín me confiesa –casi con vergüenza- que ha escrito poesía, pero que no es tan valiente como para publicarla, este paisano –que camina despacio, con desgano, con cierta abulia contemplativa- no sólo se ha proclamado poeta hace varios años sino que publica libros de poesía, ganadores en concursos competidos a nivel internacional.
Winston se ganó el primer puesto del concurso nacional de poesía de la Universidad de Antioquia (2001) y también uno convocado por la Universidad del Quindío. Poemas suyos aparecen en revistas y publicaciones de España, México, Ecuador y otros países. Aniquirona, De regreso a Schuaima y Memorias de Alexander de Brucco han sido traducidos a varios idiomas.
En una entrevista para el periódico El Mundo, de Medellín, a propósito del día mundial de la poesía, dice que sólo escribe de lo que le apasiona, que todo parte de una motivación interior.
“Mis preocupaciones (y las de mis otros) han sido las mismas siempre: el tiempo, la muerte, la noche, el viaje, el camino. Las palabras más repetidas en mi poesía son: muerte, camino, luz (lux), viento”.


Sus columnas
En el Huila nos deleitó por varios años con sus columnas en los periódicos locales, hasta cuando se aburrió de hacerlas, no tuvo tiempo para ese esfuerzo no remunerado, o simplemente porque se le volvió problema aplastar con sus palabras convertidas en puñales –como lo hizo muchas veces- a gobernantes corruptos y hermafroditas, que saqueaban al Huila mientras pronunciaban discursos moralistas.
Las élites políticas y culturales (los Calderón Molina) comenzaron a considerarlo “repelente” cuando Winston comenzó a satirizar sobre una tal “huilensidad” que nos querían imponer desde los púlpitos oficiales. Obviamente los burócratas o publicistas que la promovieron no tenían argumentos ni voz propia para discutirlo en público.
“No logro ubicarme en mi identidad cultural, en esa bonita palabra –huilensidad- que se inventaran, discursos aprendidos, diría alguien por allí, algunos científicos sociales.
He indagado seriamente ese origen, el de la palabra y el mío. Y les soy sincero, con la pena del mundo: me siento desarraigado, excluido, relegado de mi contexto monocultural.
¿Será que las subculturas juveniles (el rock, el punk, el rap) no pueden formar parte de la huilensidad? ¿Dónde dejar a las clases populares que en lugar de escuchar Espumas o El barcino escuchan Por tu maldito amor, de Vicente Fernández, o La feria de las flores, de Cuco Sánchez? ¿Dónde situar a los (las) adolescentes universitarios que escuchan Coldplay, Manu Chao, Sex pistols o a Nirvana?”
Neiva, Ciudad Villamil: ¿Queda algo de eso, además de una veintena de adefesios que no se sabe, como diría Marco Fabián Herrera, si nos cantan o nos gritan? Neiva, Ciudad Reggeton. Neiva Yankee. Creo que estos nombres son mucho más funcionales.
Morales no vive en las nubes, ni se extravía en el universo de lo poético. Extraña los paseos de olla, las especulaciones de la política regional y a veces pregunta por aquella colega periodista o locutora con la que apenas se cruzaron miradas, pero no hubo tiempo para nada más.
Morales resultaba abrumador para cualquier contradictor mediocre, en un medio donde la dádiva resuelve discusiones o el disparo silencia en definitiva la discusión, como le pasó al extraordinario periodista Guillermo Bravo Vega, baleado en su pequeño apartamento.
A lo mejor se aburrió de la medianía que nos caracteriza. Quizá de hablar solo, sin que nadie respondiera con seriedad a sus críticas ante tanto descuido por el ser humano en Neiva, “el ciudadano crítico, pensante, reflexivo, conectado con los rigores y las exigencias de una ciudad heterogénea, dinámica, hablante”.


El provocador
Winston se esfuerza por provocar al opita dormido, al huilense en general, y sentencia un día sobre el celibato, “un acto inhumano”. Y se mete en otra columna con los vallenatos, sin que nadie le conteste siquiera con un madrazo, para establecer una discusión.
-No entiendo –escribió- por qué nadie se pronuncia al respecto, por qué razón la gente de Neiva soporta cuatro horas seguidas de la delincuencia sonora de Silvestre Dangond, el terrorismo soterrado de Pipe Peláez, el grito deshumanizador de los malos trovadores contemporáneos.
A Winston no se le escapa la clase emergente, que le aburre, aquellos señores venidos de la nada y del vacío con ínfulas de conde o baronesa. Señoritos (as) que de forma milagrosa y de la manera menos sospechada logran “ubicarse” en puestos de alto turmequé.
Morales habla de la Universidad Surcolombiana, “la zona rosa del norte”. Se pregunta qué tiene Pitalito que le arroja tantos hijos ilustres al Huila.
Habla en extenso de Neiva (“a la que odio y amo”), destaca a los profesores Édgar Machado, Antonio Iriarte y Jaime Salcedo. Exalta a Guillermo Plazas Alcid y se refiere a Delimiro Moreno como ese bicho raro: “Es como si su máquina de escribir fuera un instrumento musical; en lugar de cansar alienta la vejez, la soledad, el peso de los años”.
Con excepción de Delimiro Moreno (a quien Winston admira y yo he comenzado a querer, pero que siempre he respetado profesionalmente) no hay otro periodista, columnista y menos poeta que resulte más contundente, ameno y demoledor –para bien o para mal- que Morales Chavarro, hoy “extraditado” porque en el Huila no hubo espacio para él. Por eso, la mejor pluma opita está en Cartagena.
Las columnas escritas por Winston Morales Chavarro constituyen la historia del Huila, la pluma más vigorosa y brillante del departamento, así no lo reconozcan muchos, así lo desprecien otros.
Celebro la publicación de este libro, que resume diez años de columnas publicadas por Morales, cuya ausencia deben extrañar los buenos lectores y quienes hoy desprecian las páginas de opinión por tanto áulico de lenguaje barato y escasa mollera.





martes, 21 de abril de 2015

“No me imagino la vida sin la escritura”: Gustavo Arango


En la Feria Internacional del Libro de Bogotá se hará la presentación del libro ‘Santa María del Diablo’ del destacado y premiado escritor colombiano Gustavo Arango, periodista de origen antioqueño y hoy profesor de la Universidad del Estado de Nueva York. Por ello, en http://noticiasalsur.co/  Heber Zabaleta Parra habló con él sobre su vida, obras y el mundo de la lectura y la escritura.

 La escritura, ¿cómo fue su encuentro personal con este universo?
Siempre quise ser escritor. Me recuerdo a los doce o trece años, leyendo a Mark Twain o a Julio Verne, y pensando cómo podría hacer algo semejante. Escribí mi primer cuento como a los catorce. Nací en Medellín pero desde muy joven pensaba que Cartagena era la ciudad ideal para hacerme escritor. Estudié periodismo porque vi que muchos escritores habían empezado como periodistas. Cuando estaba en la universidad les decía a mis amigos, medio en broma y medio en serio, que trabajaría en El Universal porque ahí había empezado García Márquez. Llegué a Cartagena a principios de 1989. Tenía veinticuatro años. Al año siguiente empecé a trabajar en El Universal y muy pronto tuve la fortuna de estar a cargo del suplemento literario. Aquel tiempo era una fiesta de la escritura. Además de las crónicas que publicaba en el periódico, empecé a escribir mi primera novela. La interrumpí por casi dos años para escribir Un ramo de nomeolvides, mi libro sobre los inicios de García Márquez. Poco después vine a los Estados Unidos, gracias a una beca que recibí de la Universidad de Rutgers, y hace diez años soy profesor de la Universidad del Estado de Nueva York.  He sido periodista y profesor para no “vender” mi literatura. No recuerdo una época de mi vida en la que no escribiera. Mi equipaje está hecho de cuadernos y memorias de computador llenas. No me imagino la vida sin la escritura.
Y con la lectura, ¿cuáles son los aportes vivenciales que rescata de esa experiencia para lo que hoy es usted?
Verne fue mi primera pasión. Cada semana prestaba dos libros suyos en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Jairo Aníbal Niño fue un autor que leí con mucho placer, cuando estaba en el bachillerato. Después descubrí a Cortázar y comprendí que la literatura no tenía que transcurrir siempre en lugares remotos y exóticos, que lo maravilloso podía hallarse en casa o en un autobús.  De Cortázar aprendí también que la escritura tiene musicalidad. Muchos de mis primeros cuentos tienen la influencia suya. Luego asimilé otras influencias y empecé a explorar y a encontrar maneras propias de decir. García Márquez me dio una lección de entrega al oficio. Borges me ahorró la necesidad de leer bibliotecas enteras y me condujo a  otras lecturas. Encontré afinidad con los temas de Beckett. Quise aprender de Salinger la capacidad para crear escenas y para sugerir en lugar de explicar. Con el tiempo han llegado otros maestros. Con Onetti me parece que la prosa en castellano ha llegado a una cima muy alta. La inteligencia y la pasión de Sor Juana no dejan de fascinarme. Chesterton es el santo de mi mayor devoción.

¿A partir de qué prácticas, reales o soñadas, construyó lo que se convertiría en su primera publicación?
Desde muy joven tenía impaciencia por publicar. Me inspiraba la idea de que mis palabras pudieran llegar a mucha gente, en lugares y tiempos remotos, y que quizá serían significativas para ellos como eran para mí los libros que leía. Con tres amigos de la universidad hicimos un librito de cuentos cuya edición fue patrocinada por mi padre. Se llamaba Y vaya uno a saber por qué. Fueron cien ejemplares que vendimos entre los compañeros.  Pero mi primer libro fue Un tal Cortázar. Como la facultad de Comunicación Social permitía hacer un reportaje extenso como trabajo de grado, dediqué cerca de un año a investigar y a escribir la biografía de mi ídolo de aquel tiempo. Después supe que fue la primera biografía de Cortázar que se publicó. Hasta entonces había escrito cuentos de manera informal, silvestre. Pero cuando estaba en los capítulos finales de Un tal Cortázar supe que pasaría el resto de mi vida escribiendo.

¿La realidad ha superado la ficción de sus obras?
Parece un lugar común, pero es cierto. No hay que inventar nada. La realidad es abundante y lo que el escritor debe hacer es darle forma, construir sus relatos a parte de esa materia prima inagotable.  Esto es más evidente cuando se trata de novelas históricas, crónicas o biografías; pero también es cierto para los textos más imaginativos. Me ha ocurrido con frecuencia que aquello que los lectores encuentran más exagerado en mis novelas es aquello que ocurrió en la realidad. En El origen del mundo, la novela que ganó el Premio Bicentenario en México, hay un niño que juega con un violín Stradivarius y con una cabeza reducida del Amazonas. Nadie me cree que en algún momento tuve esos juguetes. Igual ocurre en El país de los árboles locos, donde todo el proceso de investigación fue similar al que hago con los textos periodísticos. Con el tiempo he descubierto que la literatura es un espacio para las verdades del corazón, de las que hablaba Faulkner, y que lo que uno está haciendo –escriba lo que escriba– es su crónica vital: la de sus experiencias y encuentros, la de sus lecturas y ensoñaciones.


Santa María del Diablo, la novela que lanzará  en la Feria del Libro en Bogotá, cuenta la historia de Santa María de la Antigua del Darién, la primera ciudad fundada por los españoles en Tierra Firme. ¿Qué es realidad y qué es ficción?
Hace veinte años, cuando vivía en Cartagena, uno de mis lugares favoritos era la Biblioteca Bartolomé Calvo, que está en el sector antiguo de la ciudad. Ahí encontré una historia del Urabá antioqueño, con mucha información sobre Santa María de la Antigua del Darién. La historia me pareció fascinante. En un solo pueblo estaba condensado el encuentro de los dos mundos. Había también unos episodios que parecían concebidos por una mente delirante: una peste de modorra, gestos enloquecidos, violencias desatadas. Me pregunté por qué nadie había escrito esa novela en la que no era necesario imaginar nada. Tardé veinte años en materializarla, porque sabía que, antes de poder contar la historia, tendría que leer los miles de páginas que constituyen la Historia General y Natural de las Indias, de Gonzalo Fernández de Oviedo. Oviedo me interesa muchísimo como escritor y como persona. Sus contradicciones lo humanizan. Su crónica es monumental y, sin embargo, no descuida los detalles menores.  En Santa María del Diablo procuré inventar muy poco. Quiero que el libro tenga también el valor del documento histórico. Lo que hice fue darles dimensión narrativa a hechos que a veces los cronistas cuentan de manera muy breve. Si un monstruo marino devoró una embarcación, yo traté de darle vida a ese episodio. En el caso de la peste de modorra traté de entender y expresar esa curiosa tragedia en la que más de setecientas personas murieron literalmente “de sueño”. Se quedaban dormidos con un sueño tan pesado que se morían de hambre. En ocasiones tuve que poner nombres a personajes que en los relatos no lo tenían. Pero quien lea el libro puede saber que los hechos históricos tienen siempre una base documental.   

 ¿Qué es la crítica para usted? ¿Le ha ayudado, le ha frenado, la práctica?
La crítica debería ser una lectura atenta, justa, informada, que ayude a los lectores a apreciar una obra. Pero no creo que haya mucha crítica en Colombia. Hay vínculos comerciales entre los medios y las grandes editoriales. Hay nombres y libros que se inflan e imponen sin que muchos se hayan tomado la tarea de leerlos.  Hay reseñadores de contraportadas.  He tenido la suerte de dar con algunos buenos críticos de mis libros, aquellos a los que uno les agradece incluso las flaquezas que señalan. También ha habido críticas malintencionadas. Pero en general ha habido una ausencia notable de crítica. Colombia sigue siendo un país centralizado. Un pequeño grupo de personas y de medios bogotanos decide qué es la literatura nacional y tiene la tendencia a ignorar lo que se hace en las provincias. Si no les rindes pleitesía te ningunean. Confieso que a veces esa actitud puede ser frustrante. Uno sospecha que algo anda mal si recibes un premio de novela en un país con tanta tradición literaria como México y ningún medio bogotano registra la noticia. Pero la mejor manera de disolver la frustración es escribiendo.  Yo mismo hago reseñas literarias de autores poco apreciados. En un periódico de Medellín escribo una columna titulada Relecturas, donde me dedico a rescatar libros que la gente desconoce o  ha olvidado por andar persiguiendo novedades.    

“La mayor satisfacción”
De su primer libro a su más reciente obra, ¿cuáles han sido las mayores satisfacciones?
La mayor satisfacción es el acto mismo de escribir. Desde el principio pensé que ser escritor no es una profesión sino una actitud: escritor es el que escribe. De mis maestros he aprendido que no hay que conformarse con ser mediocres, que hay que trabajar cada frase como si fuera a perdurar. Los premios han ayudado, porque estimulan, nos dicen que vamos por buen camino, facilitan las cosas. Pero me quedo con las satisfacciones íntimas, casi secretas: ese mensaje electrónico de un lector agradecido, ese muchacho que empieza a traducir tus libros sin que nadie se lo pida, ese trino de Twitter en que una jovencita les dice a sus amigos que de cumpleaños quiere todos mis libros.

¿…Y alguna decepción?
En el caso de Santa María del Diablo, me decepciona observar que nada ha cambiado desde hace quinientos años. Cambian los nombres, los protagonistas, pero la esencia de los hechos sigue siendo la misma: unos pocos que abusan de la mayoría, crueldades sin fin, mentiras e intrigas. A nivel personal, la decepción ha sido que mi padre no haya visto lo que he hecho. Fue asesinado cuando yo tenía veinte años. Aquello me marcó, reaparece en varios de mis libros. La muerte de mi padre me dio una consciencia muy clara de mi propia mortalidad. Me recuerda constantemente que no debo perder tiempo.  La escritura ha sido mi venganza, mi antídoto contra la muerte y el olvido.

¿Cómo pasas de un libro a otro? ¿Hay un tiempo, mental o real determinado para que aparezca una nueva publicación?
Siempre estoy trabajando en varios proyectos. Digo en broma que quiero escribir cien libros, para ganarle a Chesterton.  Voy mal. A mí edad, y sin computador, él ya iba por los cincuenta. Yo apenas tengo un poco más de veinte. Los libros van avanzando poco a poco y, de pronto, hay uno que empieza a exigirme más atención, siento que ha llegado el momento de terminarlo. Entonces trabajo en ese libro con mucha intensidad. Mis libros suelen tener una gestación larga. Morir en Sri Lanka, la novela que el año pasado quedó finalista del Premio Herralde, me tomó quince años. 


Los públicos y el autor
¿La relación con sus lectores cómo la siente?, ¿le impulsa o le marca hacia una forma determinada de escritura y el abordaje de temas específicos?
Siento que he venido encontrando un público lector que sigue y aprecia lo que escribo. A través de mi blog mantengo una comunicación permanente con ellos.  Eso me parece más valioso que ser conocido como resultado de estrategias de mercado y relaciones públicas. Nunca me ha gustado ser una persona pública. Las presentaciones, las ferias, son momentos excepcionales. Lo natural es estar a solas, escribiendo. Además de darme felicidad, la literatura ha sido el espacio de mi libertad. Por eso he evitado ser un producto comercial. Nunca he sentido que los temas vengan impuestos por los lectores. He gozado de completa libertad en la elección de mis enfoques.  Tengo muy claro que no escribiría, por ejemplo, novelas sobre la violencia colombiana contemporánea. Creo que la vida no va a alcanzarme para los proyectos que tengo en mente.

Desde el universo propio que conforma su obra literaria, sus creaciones, ¿piensa usted que ha contribuido a una mejor sociedad? ¿Cómo?
Creo que hay algo de delirio en quienes creen estar dirigiéndose a países o a continentes. Cuando estaba en El Universal me inventé un alter ego, el viejito Wenceslao Triana, quien escribía columnas de opinión y siempre se dirigía a “sus dos o tres lectores”.  Creo que entre mis dos o tres lectores he podido insistir en el hecho de que la sociedad y el mundo mejoran a partir de decisiones individuales. He dicho que cada uno está a cargo de ese pequeño y enorme reino que es su vida, donde a la vez es vasallo y soberano. He insistido en que es preciso interrumpir el círculo vicioso de la venganza y la violencia. Me he revelado contra la deshumanización, contra el desprecio por la vida.  


“Enseñar es escribir cantando”
¿…Y desde las aulas qué? ¿Esa experiencia académica ayuda a su proceso de escritura o lo frena? ¿Por qué?
Enseñar es escribir cantando. Se siente una gran alegría cuando los ojos brillan y sabes que  has logrado ofrecerles a tus estudiantes una nueva manera de ver y apreciar el mundo.  La soledad de la escritura puede ser perniciosa. Enseñar me da equilibrio, me pone en contacto con las nuevas generaciones, me nutre de historias.  Dudo que pudiera dedicarme a la escritura de manera ininterrumpida. Necesito ese contacto a tierra, esa energía y esa frescura que me ofrece la enseñanza.

En una reciente entrevista, el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa  dijo que “confundir cultura con información es equivocado. La cultura siempre fue y será elitista”. ¿Qué opinión le merece esta afirmación?
La frase de Vargas Llosa está probablemente influida por el ensayo de Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.  Quizá utilizó la palabra elitista para generar polémica; porque, en nuestro tiempo, la palabra élite suele tener una connotación socioeconómica.  Estoy de acuerdo en que nos estamos perdiendo en la trivialización. Lo que hoy se llama literatura pasa de moda en menos de seis meses. Muy pocos compran libros o los prestan en bibliotecas y son mucho menos los leen. Hoy pasamos, en cuestión de minutos, de la militancia de moda a embobarnos mirando videos de gatos o el color de un vestido. Estamos en la época de los linchamientos virtuales. Nos vamos quedando sin criterio y sin memoria. En medio de esa trivialización general, es necesario hacer un gran esfuerzo para seguir despiertos, activos, pensantes, y son pocos los que hacen ese esfuerzo.


“La lectura y la escritura son actos íntimos”
¿Las ferias de libros son tan importantes cómo se perciben o se han convertido en un espectáculo más?
Son un espectáculo que refleja nuestro tiempo. Uno no se imagina a Cervantes o a Joyce en una feria de libros. Las ferias contribuyen principalmente a dar ganancias a las grandes editoriales. Pedro la lectura y la escritura son actos íntimos, diálogos de silencio. Estamos llegando a un tiempo en que quieren convertir al escritor en una atracción de feria (como la mujer con barba o el faquir tragador de espadas). Imagino que este año vamos a quedar saturados de Macondo y García Márquez. Personalmente, si no hubiera leído antes a García Márquez, no creo que hoy lo leería. En principio no leo a los autores contemporáneos.  Nunca he estado interesado en autores de moda. Como si eso fuera poco, en las ferias abundan los escritores, que no suelen ser una muy buena compañía. Consciente de la contradicción en la que caigo, tengo que decir que entre los escritores hay mucho de vanidad, de farsa, de fatuidad. Creo, como Patricia Highsmith, que no hay que tener amigos escritores.  En el caso colombiano, el éxito y la fama de García Márquez ha hecho que muchos quieran publicar libros, no por vocación o por pasión por el oficio, sino porque quieren ser famosos, codearse con celebridades  y aparecer en las páginas sociales.
Al lado de todo eso negativo, las ferias también propician el acto hermoso y simple de reunirse con un grupo de amigos a compartir la alegría de haber publicado un libro. Siempre que publico algo nuevo pienso en el niño que fui, en su sueño de ser escritor, y me dedico a darle vida a su alegría. Una feria de libros es también una enorme librería y, si uno es paciente y agudo, es posible que en medio de tanta cosa se encuentre joyitas que de otro modo no habría encontrado.

 …Y no podemos dejar de hablar del Nobel Gabriel García Márquez.  Recordemos que usted escribió el libro ‘Un ramo de nomeolvides’. ¿Cómo fue su relación, su experiencia, su sentir  con los libros y la obra del ‘Hijo del Telegrafista’ de Aracataca? 
García Márquez ha sido un modelo a seguir, no tanto por los temas como por la entereza con que asumió su oficio. He leído sus libros lupa en mano para aprender la carpintería de la escritura. Tuve el privilegio de estar en el lugar indicado en el momento indicado para escribir un documento que resumiera la rica experiencia de García Márquez en Cartagena. Tuve la suerte inmensa de conocerlo, de hablar con él y de saber que llegó a leer algunos de mis libros y le gustaron.  Desde que escribí Un ramo de nomeolvides he pensado que uno debe hacer sus libros tratando de que estén a la altura de los maestros que admira. La última vez que vi a García Márquez fue en 1997, en Barranquilla, durante un taller de narración periodística. Siempre viví pendiente de sus noticias. Siempre me sentí unido a él por un vínculo afectivo. Viví su muerte como una pérdida personal. A veces hablamos en sueños. Cuando escribía Santa María del Diablo, soñé que me hablaba al oído y me regaló una frase. Salté de la cama a escribirla antes de que se me olvidara.



sábado, 7 de marzo de 2015

Mujeres del Mundo por Señal Colombia


Desde este lunes 9 de marzo, el canal Señal Colombia inicia su campaña ‘Mujeres del Mundo’, con la presentación de 14 documentales que nos muestran la situación de la mujer en diferentes países y culturas. Una mezcla de ejemplos de superación, relatos desgarradores y hermosas historias.
 El 8 de marzo se estableció a nivel mundial como el Día Internacional de la mujer y durante todo el mes se preparan para ellas homenajes y celebraciones de todo tipo, sin embargo no en todos los lugares del mundo, donde ellas son consideradas objetos, mercancías o simplemente ciudadanas de segunda categoría, hay motivos para celebrar.
 A lo largo de estos 14 documentales, que se emitirán entre el 9 y el 27 de marzo en el horario de las 8:00 de la noche, Señal Colombia hace una radiografía de lo que está pasando con mujeres y niñas en diferentes culturas.

 En la primera semana se emitirán tres estrenos: Voces Prohibidas, de Barbara Miller, que rinde un homenaje a la valiente batalla que libran Yoani Sánchez, Zeng Jinyan, y Farnaz Seifi, tres blogueras que sacuden los cimientos del monopolio de la información en sus países –Cuba, China e Irán– al denunciar y combatir desde la red las violaciones de los derechos humanos y la libertad de expresión en sus países
 Pueblo de Corredores, que sigue la vida de tres niños de Bekoji, un pequeño pueblo remoto en las tierras altas del sur de Etiopia que tiene el honor de haber ganado con deportistas de su región cuatro medallas de oro en las carreras de larga distancia en los Juegos Olímpicos de Beijing. Hoy estos niños quieren seguir los pasos de sus héroes. 

 Salma, de fama internacional y con múltiples premios, la cineasta Kim Longinotto, presenta esta extraordinaria historia de una mujer que se convierte en una legendaria activista, política y poeta. Atrapada en un matrimonio arreglado y sin poder continuar sus estudios, Salma plasma su ira y determinación en poemas viscerales que llegan a manos de un editor. Sus observaciones francas y abiertas sobre su propia sexualidad, el matrimonio forzado y las costumbres de su pueblo la hicieron la sensación de la noche, para disgusto de su familia y su pueblo.

 A estos tres estrenos que se presentarán el lunes 9, miércoles 11 y viernes 13, se suman Mujeres maravilla, el martes, sobre historias no contadas de súper heroínas estadounidenses y  con la participación de expertos que destacan las virtudes de la Mujer Maravilla y su importancia como modelo en los medios de comunicación. El jueves se presentará Ley Islámica que narra sobre los Jamaats de la Mujer, que desde el año 2003 le quitaron espacio a los habituales consejos comunales donde los varones decidían sobre la dote, la violencia, las disputas de propiedad y hasta los divorcios, a los cuales la mujer no podía asistir ni siquiera para defenderse.

jueves, 5 de febrero de 2015

‘La Semilla del Silencio’ en el Festival Internacional de Cine de Cartagena


La organización del Festival Internacional de Cine de Cartagena dio a conocer  los nominados en las diferentes categorías de la 55 edición que se adelantará del 11 al 17 de marzo.   La Semilla del Silencio, cinta de Chapinero Films, protagonizada por Andrés Parra, Angie Cepeda y Julián Román, compite en la categoría oficial Cine Colombiano y convierte su participación en su estreno nacional.

Felipe Cano, el exitoso director de Correo de inocentes y El laberinto de Alicia, será sin duda uno de los grandes protagonistas de este año en el Festival Internacional de Cine de Cartagena. Luego de dirigir importantes series internacionales durante los últimos siete años para Vista, Sony, Teleset y Mundo Fox, tendrá su debut cinematográfico, que ha generado gran expectativa gracias a un número de factores interesantes para destacar:
Un reparto, encabezado por Andrés Parra, en su regreso después de Escobar y con un look que deja en el olvido al infame personaje; Angie Cepeda, luego de su trabajo en A Night in Old Mexico, al lado de Robert Duvall (El Padrino, Apocallipse Now) y encarnando el papel de una aguerrida fiscal; Julián Román, entre cuyos más recientes trabajos están Corazones blindados, Los tres caínes y La viuda negra en televisión y Retratos en un mar de mentiras, en cine. Junto a ellos un destacado reparto de consagrados actores como Julieth Restrepo, Jairo Camargo, Christian Tappan, Felipe Botero, Alejandro Buitrago, Juana Arboleda y Rafael Uribe.
Un thriller policíaco con un guión de ficción que destaca el trabajo y la vida de quienes luchan por hacer justicia aún a costa de su propia integridad. Héroes anónimos con vidas comunes que se sacrifican por la búsqueda de la verdad y la justicia y que nunca deben ser relegados al olvido.
El tercer ingrediente a destacar en esta gran apuesta cinematográfica es la banda sonora de La semilla del silencio. La música original se grabó en The Bridge Recording, en Los Ángeles, donde estudios de Hollywood como Warner, Disney, Sony, 20th Century Fox han grabado la música de películas como X-Men First Class, Avengers, Brigada de élite y series como Los Simpsons y Walking Dead.

En esta tarea, que estuvo al mando de los colombianos Daniel Velasco, compositor y productor musical, María Adelaida Robledo, directora de la orquesta y Mauricio Gasca ingeniero de mezcla, participaron los primeros atriles que han tocado para importantes compositores de cine como John Williams (Star Wars) y Alexandre Desplat (Godzilla).


lunes, 19 de enero de 2015

Julia Stiles es Sarah en Desde la Oscuridad



La actriz de la trilogía Bourne; La sonrisa de la Mona Lisa y 10 cosas que odio de ti, habla de la película que se estrenará en Colombia este jueves 22 de enero, rodada en municipios colombianos. Esta producción, dirigida por Lluis Quílez comparte set con Scott Speedman y Stephen Rea.

Julia Stiles es un rostro familiar para los amantes de la acción y el espionaje que siguieron la magnífica trilogía dirigida por Paul Greengrass acerca del renegado y víctima de la amnesia, Jason Bourne. El caso Bourne, El mito de Bourne y El ultimátum Bourne hicieron que su rostro se volviera conocido; desde entonces ha hecho apariciones en películas conocidas como El lado bueno de las cosas.
Durante varias semanas estuvo en Colombia para el rodaje del filme de suspenso, Desde la oscuridad, donde interpreta a Sarah Harriman, la esposa de Paul, madre de Hannah e hija de Jordan, que llega con su familia a Colombia para hacerse cargo de la empresa papelera que fundó su padre hace años en una ciudad intermedia.
“Sarah es una mujer felizmente casada que llega a Colombia junto con su familia, pero la novedad de la llegada al nuevo país pasa pronto cuando comienza a verse involucrada en situaciones complicadas junto con su hija.
Su vida da un vuelco cuando la niña desaparece y debe tratar de recuperarla y entender qué sucede”, explica la actriz que maneja un excelente español, idioma que aprendió en la universidad y que ha ido perfeccionando en sus viajes, especialmente durante una temporada que pasó en Costa Rica.
“Julia es una actriz que tiene un gran talento, especialmente para el primer plano, que maneja muy bien la sutileza, algo que siempre me ha interesado en el trabajo con los actores”: Lluis Quílez – Director.
Julia nació en Nueva York el 28 de marzo de 1981. Es hija de un maestro de colegio y de una artista. Comenzó a trabajar en las tablas a los 11 años en el teatro experimental La MaMa, en Broadway. Enamorada de la obra de Shakespeare, ha  tenido la oportunidad de trabajar en tres adaptaciones cinematográficas del dramaturgo británico. “Amo ser actriz, ser creativa, contar historias, vivirlas, viajar por el mundo”.
Graduada en inglés en la Universidad de Columbia y con ancestros alemanes, irlandeses y británicos, es una fanática de los Mets de Nueva York y ama las películas de horror. “Desde siempre me han gustado las pelis de terror, pero nunca pensé querer actuar en una porque no creo que los actores puedan dar mucho en ellas, por lo general, solo reaccionan. No quería hacer algo en lo que estuviera corriendo y gritando nada más. Las cintas que más me gustan son las de Hitchcock y las clásicas que eran menos de violencia y más de suspenso”.
¿Qué fue entonces lo que la sedujo de este guion?
 “Del proyecto me llamó la atención, además de la historia bien narrada, su línea dramática que habla de las relaciones que tienen los países en vía de desarrollo con Estados Unidos. La historia de América me fascina en general, y poder visibilizar a través de la ficción lo que han hecho algunas de las compañías de mi país en otras partes del mundo, me resultó interesante. En mi opinión es una película dura e interesante por estas denuncias sobre lo que hacen las corporaciones de EEUU y los grandes daños que causan”.
Sin duda su trabajo en Desde la oscuridad le permitió desarrollar un papel distinto a los que usualmente interpreta para convertirse en una madre residente en un país extraño que debe proteger a su hija a toda costa.
“La película es sobre secretos del pasado, un pasado sucio que vuelve a flote a través de unos niños a los que les han hecho daño y que resurge cuando necesitan encontrar paz. Además, la producción tiene mucha sensibilidad porque va más allá de los fantasmas y del género, ya que tiene que ver con cosas que suceden por cuenta de los negocios de las multinacionales”.

La actriz destacó también lo que significó rodar en un nuestro país luego de haber pasado una semana en Buenos Aires, donde estaba grabando un cortometraje. “Sabía sobre Colombia desde que estaba en la universidad, y aunque dos meses no es mucho, sí es suficiente para recomendarla. Bogotá es una ciudad interesante y los pueblos pequeños me parecieron muy lindos. Desde el inicio me sentí segura, se siente que el país ha mejorado mucho en el tema de la seguridad. Deseo visitar otras partes de este país tan grande, entre ellas Cartagena y Santa Marta. Fue una maravillosa experiencia y espero regresar para el Festival de Cine de Cartagena”.