lunes, 13 de enero de 2014

‘Vértigo de las palabras’, una perspectiva de ilusión

Por: Redacción Opanoticias.com



Siete preguntas a quema ropa al reconocido periodista Heber Zabaleta Parra, quien acaba de publicar en Neiva su primer libro de poemas ‘Vértigo de las Palabras’, dedicado al difícil tema del amor.
En una época en que la tierra agota sus recursos, del calentamiento global y de un futuro de creciente codicia, escribir poemas de amor puede parecer una ingenuidad para muchos; sin embargo, para escritores como Heber Zabaleta, esta difícil tradición constituye un acto deresistencia, una perspectiva de ilusión.
En varios de los poemas de Vértigo de las Palabras hay una estructura que se repite: laimagen primero y una comparación después, que se vuelca sobre el sentido de lo primero. Un método bastante racional sobre lo que se va a decir. ¿Cómo trabaja la estructura y la composición de sus poemas?
No se busca crear un efecto único ni tener una receta para la escritura de los poemas. No se inicia a escribir con la pretensión de crear una determinada imagen o figura retórica, pero sí llevar un mensaje. Lo importante es encontrar las razones para volver a la palabra como el origen de la expresión de lo más sublime de todo ser humano: sus sentimientos. Y éstos no tienen, no deben tener, considero, un estilo único, sino una percepción de todo lo que nos rodea, en especial lo relacionado con el amor, una fuerza maravillosa que hay que sembrar desprevenidamente, cultivar con pasión y recoger de manera permanente y estar manifestándolo en las diversas formas en que se pueda. Eso es lo racional que hago, o por lo menos intento en Vértigo de las Palabras, Hugo.
El amor, la sensualidad, el cuerpo, son otros asuntos que se repiten en el poemario como si hubiera una continuidad entre una y otra cosa. ¿Qué sentidos o recursos le parece que funcionan al momento de escribir poesía sobre el amor?
Funcionan todos los sentidos Hugo. Y sí, claro se repiten los asuntos, pues no busco ni sufro el ‘síndrome del adanismo’, ya que creo que es partiendo de lo conocido, de lo aprendido y aprehendido donde surge la necesidad de comunicar, por fuera de técnicas preestablecidas o recetas literarias que algunos intentan imponer bajo unas supuestas reglas o normas del ‘buen escribir’, lo que cierra las oportunidades a nuevos estilos, visiones y formas de captar nuestra cotidianidad. Por ello, en ‘Vértigo de las Palabras’ está la sensualidad imaginada y real, el cuerpo que se toca y con el que se sueña, el amor más allá de lo físico pero conectado con el espíritu del hombre.
Como periodista, ¿cuál es su relación pensada desde el lenguaje con el periodismo?
La realidad es la clave de nuestro trabajo como periodista, como informadores. Usted Hugo, que también es periodista, sabe que muchas veces tenemos la necesidad de expresar muchas otras cosas que el ejercicio profesional no lo posibilita, de ahí que acudamos a las crónicas, entrevistas y reportajes como la base para explorar otros aspectos de nuestros entornos y comunicarlos.
Ahora bien, el lenguaje periodístico nos lleva a un enriquecimiento cultural e igualmente nos abre las inquietudes de transmitir otras percepciones y he creído, en esa búsqueda expresiva, que con la poesía logro plasmar muchas vivencias y episodios que las personas me cuentan, pero también las propias que como seres humanos vivimos diariamente y las cuales pretendemos canalizar con las palabras.
¿Cuál es esa relación con el trabajo de periodista desde la poesía?
Maravillosa. Te entrega una serie de elementos vivos, reales, ciertos, palpables, donde no hay necesidad de buscar otros mundos, sino que el cotidiano, el cercano te permite la creación más allá de la inspiración y la iluminación que algunos reclaman. Los personajes, hombres y mujeres, de carne y hueso te ayudan en ese universo de palabras.
¿Cómo llegó a la poesía?
Desde mis primeras lecturas en la infancia siempre hubo el contacto con la poesía. Recuerde Hugo que Cartagena tiene a Luis Carlos López, a Jorge Artel, entre otros grandes maestros de este género. En Bachillerato tuvimos incursiones en varios concursos literarios. Fuimos compañeros de sala de redacción y co-realizadores del semanario cultural en El Periódico de Cartagena conJhonJunieles,bajo la dirección de Jorge García Usta, ambos periodistas. Igualmente nos acercamos a este género gracias a GustavoTatis Guerra y Gustavo Arango en El Universal, quienes siempre tenían a la mano los textos de Raúl Gómez Jattin, Rómulo Bustos, entre otros.
Obviamente que a lo anterior se le suma la lectura de María Mercedes Carranza, Julio Flórez, Nicanor Parra, Jaime Jaramillo Escobar, entre otros. Igualmente, en una época estuvimos en los círculos literarios leyendo los denominados clásicos y toda la historia tradicional de la poesía, pasando por Pablo Neruda, Sor Juan Inés de la Cruz, José Asunción Silva, Rubén Darío, Octavio Paz, Gabriela Mistral, Ramón María del Valle-Inclán, Nicolás Guillén, Alfonsina Storni, etc. Y obviamente, desde mi llegada a Neiva, hace 17 años, re-descubrir a José Eustasio Rivera más allá de La Vorágine y un grupo de poetas como Luis Ernesto Luna, Julián Polanía Pérez, Sylvia Lorenzo, quienes trabajaban con la palabra, me impactó mucho y me permitió acercarme a otros estilos y modos de mirar la vida a través de la poesía.
¿Qué autores contemporáneos le interesan?
Hay un listado de nombres que algunos tienen anotados para dar una respuesta de reina, de concurso de belleza, aunque nunca lo han leído. Yo no. Para mí, es maravilloso leer a Jader Rivera, Marco Fabián Herrera, Marta Cedeño, Esmir Garcés, Yezid Morales, Ana Patricia Collazos, Armando Cerón, Pedro Licona, Winston Morales, Nancy Vargas Zamora, Guillermo González, Jairo Herrera, Luz Dary Torres, Amparo Andrade, Jesús Rodolfo Agudelo, Rubén Darío Rojas, al igual que a los jóvenes que están escribiendo y publicando sin temores ni reverencias.
¿Qué cree que tiene que saber o producir alguien hoy para ser denominado “poeta” o “poetisa”?
No está en la persona, en la autoproclamación, en los elogios de los colegas, en las notas de los periódicos, el grado lo obtiene usted cuando el público lo lea y considere necesario otorgar el título de ‘poeta’ o ‘poetisa’. Entre tanto, creo que el reto es escribir en medio del vértigo de este mundo.