jueves, 15 de septiembre de 2011

‘El valor de la comunicación’


En la familia el tema de la comunicación es vital. Muchas controversias hay que atribuirlas a una inadecuada comunicación. Una comunicación directa, verbal, es un camino abierto a la salud mental.

Heber Zabaleta Parra

LA NACION, Neiva

“Si es importante el diálogo en las relaciones interpersonales, lo es aún más la comunicación en la familia”. Así se expresa el destacado clérigo argentino monseñor Domingo S. Castagna, al destacar el papel que debe jugar la comunicación en la sociedad hoy en día.

Explica que la comunicación está guiada por los sentimientos y por la información que transmitimos y comprendemos, “la comunicación nos sirve para establecer contacto con las personas, para dar o recibir información, para expresar o comprender lo que pensamos, para transmitir nuestros sentimientos, comunicar algún pensamiento, idea, experiencia o información con el otro, y para unirnos o vincularnos por el afecto”.

Para monseñor Castagna, también vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina, comunicarnos con nuestros hijos es importante para ellos y para nosotros. Sólo dentro de una buena comunicación es posible una relación de ayuda mutua y realmente se puede ejercer una verdadera acción educativa.

“En la familia el tema de la comunicación es crucial. Muchas disyunciones hay que atribuirlas a una inadecuada comunicación. Mientras que una comunicación directa, verbal, no necesitada de traducción, es un camino abierto hacia la salud mental. Es un recorrido difícil pero que se ha tratado de hacer asequible para el padre de familia que no tiene una especialización sobre el particular. Que se requiere para conseguir una buena comunicación, cómo hacerlo, que evitar, que garantizar para que el diálogo sea fecundo y fácil..., son aspectos que permitirán encajar también en el difícil mundo de las drogas”, anota.

Roles de los padres

Para el prelado, se resalta en primer lugar los roles sociales que han aprendido los padres para ejercer sus funciones como tales en el seno de su familia. Existen dos fundamentales: el instrumental y el expresivo. La persona que está funcionando de acuerdo con el rol instrumental, se va a regir por el intelecto, la razón, va a buscar soluciones a los problemas, se va a centrar en lo material. Lo material, no en el sentido económico únicamente, sino en el sentido de las necesidades materiales, de las cosas concretas, de la operatividad cara a conseguir los objetivos. Este rol va a determinar que el funcionamiento sea más frío y práctico.

“El rol expresivo se relaciona con el mundo emocional y la persona que funciona de acuerdo con este rol va a atender a las necesidades afectivas del otro, va a ocuparse del cuidado del otro, de proveerle de contención emocional, apoyo, escucha, va a tener una actitud empática frente a las dificultades y vivencias del otro; es decir, de calidez y cercanía, que ofrece cobijo emocional, escucha cálida que nos ayuda a desahogarnos, a sentirnos comprendidos. A la hora de plantearnos la comunicación en el seno de la familia, el conocer estos aspectos es muy importante porque es necesario que los padres vean cómo ellos se han ido desarrollando en sus funciones de padres, qué posturas han ido adoptando, cómo les pueden estar percibiendo sus hijos”, agrega.

Y precisa que todo esto lleva a una culpabilidad de "No he sabido hacer de padre con mis hijos", o a una culpabilidad del otro: "Es que su madre está demasiado encima de ellos", "Es que su padre no sabe cómo hablar a sus hijos, está muy distante, no se ocupa...".

Recomienda que “el poder relacionarnos con nuestros hijos, en principio hablando de otros temas, de sus diversiones, sus aficiones, sus amistades. No en plan de escudriñar qué aspectos problemáticos puede haber, no queriendo dictaminar si sus amistades son convenientes o no, porque inmediatamente se van a cerrar, se van a cerrar en sus amistades, se van a aislar de nosotros y vamos a perder oportunidades de tener información sobre nuestros hijos, de poderles orientar y ayudar”.

Recuadro

Para mejorar el diálogo padres-hijos

- Al dar una información, busca que siempre sea de una forma positiva.
- Obedecer a la regla de que "todo lo que se dice, se cumple".
- Ponernos en el lugar del otro.
- Dar mensajes consistentes y no contradictorios.
- Escuchar con atención e interés.
- Crear un clima emocional que facilite la comunicación.
- Pedir el parecer y la opinión a los demás.
- Expresar y compartir sentimientos.
- Ser claros a la hora de pedir algo.

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