En el último año, el ICBF emitió 8.465 dictámenes de
filiación, derivados de las pruebas de paternidad. El 70.3% de los casos terminó con una
paternidad comprobada; en el 29.7% el demandado resultó no ser el padre.
Especial para caribe125
Daniel es un niño que durante seis años creció junto a su
mamá y con unas pocas referencias de su papá. Sin embargo, gracias al consenso
de sus propios padres en la iniciativa de recomponer los lazos familiares y a
un proceso de filiación que terminó con éxito, hoy el pequeño cuenta con el
apoyo del hombre que le dio la vida y que poco a poco se ha ido convirtiendo en
uno de sus mejores aliados para las tareas y el tiempo libre.
En Colombia son muchos los niños que por diferentes razones
crecen sin una figura paterna que los apoye. Tal como lo reconoce la Directora
General (e) del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Adriana González
Maxcyclak, la paternidad no siempre es un acto de vida planeado, responsable y
ejemplarizante.
De hecho, la frecuente negación de este vínculo fundamental
hace que el ICBF deba actuar en numerosas ocasiones para contribuir a que
muchos niños vean restituido su derecho a tener una familia, a través de
procesos de investigación de la filiación, comúnmente conocidos como procesos
de paternidad.
“La filiación es el lazo emocional, afectivo, biológico y
jurídico que vincula a padres e hijos y en general a las familias”, explicó
González Maxcyclak. “En el último año y con la ayuda del Instituto de Medicina
Legal, el ICBF ha realizado 8.465 dictámenes de filiación, el 83% de los cuales
corresponde a casos simples, es decir a aquellos en los que se cuenta con un
grupo familiar de tres o más personas: padre, madre e hijo”.
Generalmente, la prueba de filiación o paternidad es
ordenada por un Defensor de Familia, en la observación del interés superior del
niño. En la mayoría de los casos, es la solicitud del papá la que motiva la
prueba. No obstante, a veces es la madre quien la solicita y en casos
excepcionales, los mismos hijos.
Según González Maxcyclak, de todos los dictámenes emitidos
en el último año, el 70.3% de los casos terminó con una paternidad comprobada y
en el 29.7% el demandado resultó no ser el padre. La Directora (e) del ICBF
señaló también que el 13% de las pruebas corresponden a casos calificados como
complejos por no contar con las muestras de los presuntos padres, lo cual
requiere exámenes más especializados y de otros familiares para el análisis en
el laboratorio. El 4% restante de los casos corresponde a casos de
exhumación.
Diana Cristina López, psicóloga del Centro Zonal Puente
Aranda, explica que crecer con una figura paterna influye de manera
significativa en el desarrollo emocional de los niños. Asegura que todo lo que
se vive y se aprende en los primeros años de vida marca su vida hasta la edad
adulta.
“La ausencia de alguno de los padres genera vacíos y
estereotipos que distorsionan la idea que el niño se forma de la familia y de
los roles que hay en ella; es un factor determinante en la creación y
fortalecimiento de sus futuros vínculos
familiares”, dice la psicóloga.
Pero una prueba de paternidad no asegura que los lazos
afectivos entre el niño y su papá logren afianzarse. Según el Defensor de
Familia Darío Beltrán, “una prueba de ADN no lleva al hombre a reconocerse como
padre, aunque según el resultado de la prueba el juez dictamine una sentencia
que así lo declara”.
Beltrán destacó que mientras la mayoría de las
investigaciones de paternidad se originan en factores económicos, para los niños
es mucho más importante la parte afectiva. “Los procesos de paternidad obligan
a un hombre a ser responsable con sus deberes, pero la paternidad implica
también una relación de amor, afecto y comprensión entre él y su hijo”.
Finalmente la Directora (e) del ICBF insistió en la
necesidad de que jóvenes y adultos recuerden siempre que la forma en que
desempeñan su rol de padres dejará huella en los niños y las niñas para toda la
vida. Insistió en la importancia de tener una salud sexual y reproductiva responsable
y sobre todo en el valor que tiene la familia en la sociedad.
“No olvidemos que además de la protección, la salud, la
educación y la satisfacción de sus necesidades básicas, nuestros hijos
necesitan tiempos y espacios para el dialogo, la recreación y el amor en
familia”, concluyó la Directora.
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